El presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, ha considerado como una “barbaridad y un grave golpe a la línea de flotación del sector” el arancel impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a la aceituna española, lo que tendrá consecuencias económicas “incalculables” para los agricultores españoles y extremeños.

El Gobierno de Donald Trump ha impuesto esta madrugada ese arancel, que varía entre el 2,31% y el 7,24%, y tiene carácter preliminar, tras llegar a la conclusión de que este producto se importa por debajo de su precio de mercado gracias a las subvenciones que recibe.

García Blanco ha visto este arancel como una “puñalada trapera” y ha indicado que la apuesta de Trump por el “American First ya está teniendo su efecto”, aunque ha señalado que lo curioso en este caso es que afecta solo a las aceitunas españolas, no a las griegas ni a las argentinas.

Para el dirigente de Asaja, la medida adoptada por EEUU responde a un “contubernio judeo masónico, porque crean una plataforma que curiosamente se llama la coalición para el comercio justo de la aceituna madura, que la forman dos empresas únicamente, Bell-Carter Foods y Musco Family Olive”.

Ángel García Blanco ha explicado que estos aranceles de carácter preventivo “si se prolongan durante años, ya que pueden irse de cinco a diez años”, conllevan que la aceituna española deje de ser competitiva.

Ha recordado que el año pasado España exportó a Estados Unidos 32.000 toneladas de aceitunas por valor de 71 millones de dólares.

Además, ha precisado que hay 405 empresas entamadoras en España de las cuales una cuarta parte (105) están en Extremadura.

“Creemos que esto va a afectar duramente, el problema es encontrar otros mercados que vengan a sustituir a los anteriores”, ha dicho el dirigente agrario.

Para García Blanco, que Donald Trump imponga a partir de ahora un arancel “no tiene sentido entre países y organizaciones modernas, abiertas y democráticas en el siglo XXI”, ya que “elimina así la libre competencia y circulación de productos e impone políticas proteccionistas”,

A su juicio, el problema que tiene EEUU con la aceituna se resume en que “han dejado de tener mano de obra barata con empleados mexicanos para seguir recogiéndola a mano”, ya que no se pueden usar para ello procedimientos mecánicos como ocurre con la aceituna para aceite.

Según García Blanco, todo se debe a que “la limitación de la entrada de inmigrantes a EEUU está dificultando, como ocurría antes, el que tuvieran mano de obra barata y entonces ya no lo es rentable”.

Ángel García Blanco defiende las subvenciones legales de la Unión Europea a través de la PAC a la aceituna española y niega que se comercialice a otros países a un precio inferior al coste de producción, como se queja Estados Unidos.

“Quizás a largo plazo se solucione y se llegue a un acuerdo entre la Unión Europea y el Departamento de Comercio de EEUU, pero el poner aranceles preventivos que pueden durar entre 5 y 10 años tiene el grave riesgo de acabar con el mercado de producción de aceituna española y en Extremadura, a las producciones del norte Cáceres (que sirven para las pizzas) y Tierra de Barros, la más afectadas de todas”.